Muchos creen que la única colección marina de colorido y formas lo constituyen los caracoles y nada más lejos si tenemos en cuenta que también los cangrejos de nuestra costa y cayos abyacentes muestran las más interesante variedad de formas y colorido que bien pueden ser las delicias de una colección marina en nuestra casita de Uvero.
COLECCION
Resulta más que entretenido, fascinante, dedicar la vejez o las vaciones al coleccionismo marino. Tanto el viaje de pesquería como el trabajo de estantería nos agregan horas inolvidables a nuestro calendario personal. Capturar o no un nuevo ejemplar resulta una aventura más, luego clasificarlo, disecarlo y exhibirlo en la vitrina puede resultar tan emocionante como la misma cacería.
INTERCAMBIO
El coleccionista no solo se entretiene coleccionando sino "intercambiando" piezas repetidas con otros coleccionistas. Nada más alegre y entretenido que tener un vecino en la playa con quien compartir sus inquietudes de museólogo visitándolo a menudo para llevarle una pieza o para llevarse la sorpresa de recibir un ejemplar nunca antes capturado.
PREPARANDO EL EJEMPLAR PARA LA VITRINA
El proceso de taxidermia de un cangrejo es muy simple teniendo en cuenta que los carapachos, al igual que los caracoles, se conservan muy bien, y nuestro objetivo será pegarlo dentro de una vitrina que jamás se tocará ni manipulará; por lo que sencillamente debermos tomar el ejemplar, vaciarle el carapacho de sus vísceras, inyectarle formol en cada coyuntura de las patas y muelas, poner todo dentro de alcohol 70 por unas 24 horas, para finalmente ponerlo a secar por unos diez días cerca del sol (no directamente), con la postura que queremos dejarle ya que una vez seco no se puede amoldar de nuevo.
Una vez terminado este proceso de disecación por desecación, se procede a pegar el ejemplar en nuestra vitrina de exhibición, con su etiqueta correspondiente (nombre común, nombre científico, lugar y fecha de colectado).
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